Para el Movimiento Radical Estudiantil (MRE), la causa de esos problemas es la fijación de precios controlados a nivel de detallista que están separados de los costos reales de producción y de distribución. El caso del café es un fiel ejemplo de lo que afirmo. Recientemente el gobierno aprobó un ajuste al precio del café verde, ubicándolo en Bs 288.000 el quintal, es decir, Bs 6.260 el kilo. Simultáneamente, fijó un precio para el café molido a nivel de consumidor de Bs 7.400 por kilo, el cual ni siquiera cubría los costos de la materia prima más el refinamiento llamado torrefacción. En otras palabras, se pretendía obligar la venta del producto a un precio que no cubría parte de los costos de manufactura, de almacenamiento, de distribución y de comercialización del producto, forzando a los distintos miembros de la cadena de suministro a incurrir en fuertes pérdidas. Obviamente, el café desapareció de los anaqueles, almacenándose a la espera de un ajuste racional en su precio final.
Eso, además de provocar las acusaciones de acaparamiento y especulación y las acciones de incautación ya mencionadas, llevó a altos voceros del gobierno a amenazar a los industriales con la expropiación si se seguían negando a vender el producto al precio regulado. Finalmente, imperó la sensatez, ajustándose el precio a niveles más realistas, solventándose así el problema.
Yohan Romero.